1193 - Ezequiel 33. El nuevo ministerio del atalaya. Ez 33:7

1193 – Ez 33:7 – Ezequiel 33. El nuevo ministerio del atalaya.A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.La segunda y última división principal del libro (Ez 33-48) se centra en la restauración de Israel. El pueblo escogido por Dios sería castigado por su pecado (Ez 4–24) así como las naciones circunvecinas (Ez 25–32). Pero no iba a permanecer bajo condenación para siempre. El Señor lo separó para ser su pueblo especial y le cumplirá todas sus promesas. (Dt 7:6). Al acercarse al final, el Señor prepara a Ezequiel para un nuevo ministerio. Jerusalén estaba lista para el castigo de Dios que traería su destrucción. El pueblo no tendría más necesidad del mensaje del juicio de Dios porque no lo habían escuchado y no estuvieron dispuestos a creerlo. Este nuevo ministerio empieza a manifestarse al llegar al eje, centro del libro que es la caída de Jerusalén (Ez 33:21). Con la caída de la ciudad, se cumplía lo que Ezequiel había estado profetizando. Al ver el cumplimiento de su primer mensaje, el pueblo podía estar seguro de que la promesa de restauración también se llevaría a cabo. Dios estaba cumpliendo el propósito de glorificar su nombre ante su pueblo y las naciones. El libro inició con la presencia de la gloria de Dios, después, describe su salida del templo y termina con la promesa de la restauración del pueblo en el reino milenial. La gloria de Dios que Ezequiel vio, será demostrada tanto por el juicio como por la restauración del pueblo del Señor.Para que Israel pudiera experimentar nuevamente la bendición de Dios, tenía que “nacer de nuevo” como nación. Esta última división del libro contiene: Una nueva vida para Israel (Ez 33-39): Ezequiel con su nueva comisión de atalaya traerá como mensaje central la restauración de la nación (Ez 33). Los líderes falsos serían reemplazados por el verdadero pastor que guiará a su pueblo (Ez 34). Los enemigos de Israel serían castigados (Ez 35). Israel sería restaurada a su tierra y a su Dios (Ez 36–37). Su seguridad está garantizada por el mismo Señor (Ez 38–39). El nuevo orden para Israel: El milenio (Ez 40–48).I. La nueva comisión del profeta (Ez 33:1-9). “A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.” (Ez 33:7). La primera encomienda del profeta fue su ministerio de juicio, pero ese ya se había ejecutado. (Ez 4-24; 25-32). El Señor lo asigna como atalaya por segunda vez, pero el corazón del mensaje es la restauración de Israel en el futuro por parte de Dios. Ezequiel no tenía que convencer, sino decir lo que vendría. La responsabilidad quedaría sobre los oyentes y Ezequiel habría cumplido con su trabajo. Pablo exhorta a los ancianos de Éfeso: “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.” (Hch 20:26-27).II.  El nuevo mensaje de Dios (Ez 33:10–20). “Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?” (Ez 33:10-11).