Helena Maleno: “Nos quieren acallar a cualquier precio, incluso viéndonos muertas”

Radiocable.com - Podcast autorstwa Fernando Berlín - radiocable.com

La activista por los derechos de las personas migrantes Helena Maleno relató en La Cafetera de Radiocable.com la deportación forzada que sufrió el pasado 23 de enero en Marruecos, donde vivía desde hace 20 años. Cuenta que su familia ha podido salir del país pero su casa y todo lo que tenía se ha quedado en Marruecos: «Estoy sin nada». Sin embargo, asegura que seguirá adelante con su labor: «Creo que es el momento de alzar más la voz, porque nos quieren acallar a todo precio, incluso viéndonos muertas». Helena Maleno insiste en «seguir adelante, por la memoria de las compañeras y por tantas otras que luchan por los derechos de las personas migrantes, por ese mundo en que en las fronteras se ha instaurado una política de muerte». Porque, insiste: «Nos quieren calladas pero no podemos callar, porque muchas personas están muriendo en las fronteras, más de 2000 murieron en 2020 intentando cruzar una frontera». Agradece el apoyo social que ha recibido desde que hizo pública su denuncia: «Soy una privilegiada por la red de solidaridad que me acompaña, que se encarga de mi protección y seguridad». Aunque llevan «más de 6.000 firmas» de apoyo para pedir a las autoridades protección para ella y su familia, por parte de las autoridades, asegura que aún no ha habido «ninguna respuesta». «Nuestra demanda es que de verdad se tomen las medidas para que no se pongan en riesgo nuestras vidas como ha pasado en estos meses»- insiste Maleno.  Cuenta que hace dos días entraron en su domicilio en Marruecos y se llevaron varios documentos y uno de sus teléfonos. El «tercer allanamiento». Cuando, recuerda: «Ya se nos persiguió con un procedimiento judicial con informes falsos de la policía, la UCRIF, que ganamos y demostramos que defender la vida no es un delito y que se han utilizado otras vías paralelas que utilizan las cloacas de los Estados para perseguir a las defensoras». Maleno relata la «angustia» que pasó al estar un mes separada de su hija tras la deportación forzada: «Tuvimos que sacarla con asistencia consular porque estaba teniendo seguimientos policiales y temíamos por su integridad». Lo que ha supuesto «el culmen de una situación de violencia» que llevaban viviendo «durante años». Insiste en que, aunque se cerró el procedimiento judicial, han «recibido ataques, amenazas y agresiones».  Y, «la petición es que se termine de verdad y que el gobierno defienda a quien defiende». Durante la deportación, asegura: «Nadie medió palabra conmigo, solo me hacían gestos, y pude mandar un mensaje diciendo ‘creo que me van a meter en otro avión'». «Pedí agua, tomar una medicación, y se me negó absolutamente todo, no sabía donde estaban mis enseres personales y mi documentación». Entonces, sigue cuenta: «Se me llevó al avión y me dijeron que me sentase y me callase la boca, me dejaron la última a la salida, y en la puerta del avión me esperaba la policía del Estado español con mi documentación, mis papeles personales y un documento de la policía, y me llevaron a Barcelona». Aunque la deportación se produjo a finales de enero, Maleno no lo ha hecho público hasta tres meses después porque «primero tenía que poner a salvo» a su familia. Aún así, antes de publicarlo, confiaron en encontrar la solución por otras vías, internacionales, a través de «peticiones a gobiernos para que esto parase». Pero «llegó un momento en que esto no paraba sino que se acrecentaba», asegura. Y, entonces, las organizaciones internacionales que le acompañan en su protección «decidieron que contarlo» para protegerle a ella y a su familia, «pero también para explicar lo que está pasando en la frontera, y que esto le pasa a otras personas que defienden derechos». «Sabemos que muchas mujeres que defendemos derechos somos castigadas a través de nuestro cuerpo -el informe policial hablaba de mis relaciones sexuales, como si eso indicara que soy más peligrosa-, y, ahora, he sido castigada a través de hacerle daño a mi hija»- denuncia. El programa, además, ha analizado con [...]

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