#108 - De $0 a $100M en ventas: La historia y lecciones aprendidas de Aaron Cordovez

Sabemos lo difícil que es levantar un negocio de cero o lograr que vuelva a ver la luz luego de estar hundido en un pozo. Son muchos los emprendedores que deciden retirarse por haber hecho malas estrategias que los llevaron a la bancarrota o simplemente por no poder lidiar con todo lo que exige una marca. Aaron Cordovez es un ejemplo a seguir ante estas situaciones. Supo sortear momentos complejos y lograr que sus ventas escalaran a números que pocos pueden alcanzar. Aaron es fundador de Zulay Kitchen, una marca que ha lanzado un catálogo de más de 350 listados en Amazon y generado más de 100 millones de dólares en ventas desde que fue fundada en el 2015. Además es fundador de Samurai Seller, un software diseñado para ayudar a vendedores de Amazon a alcanzar el éxito y que actualmente está enfocado en PPC y análisis de ganancias. Él comenzó con un simple exprimidor y desde el inicio supo que con su trabajo “tiene un deber frente al consumidor”: “No estás ahí para sacarle el dinero, sino encontrar las cosas buenas para la gente, idealmente algo mejor de lo que está ahí. Las compañías que nunca dan y siempre reciben, desaparecen. Entonces quise hacer algo de diferencia para esas personas”, explica. En este sentido, Aaron decidió buscar el mejor de los exprimidores. “Si encontraba el mejor y no era el más vendido iba a ser bueno para el mercado porque la gente está comprando algo superior. No quería entrar donde está todo igual, porque nadie se va a dar cuenta de mi producto y a nadie le va a importar”, sostiene. Optó por ordenar cerca de 20 muestras para hacer las pruebas correspondientes y así quedarse con el que mejor hiciera su mecanismo. “Les hice un checklist, es decir, busqué cinco cualidades del exprimidor entre las que estaban la facilidad para limpiarlo, cómo lucía, cuántos jugos sacaba, qué tan fuerte era y el precio. Era bueno tenerlo más barato porque era el precio que puede pagar el consumidor”, remarca, y añade: “Tenía dos funciones y pensé que era el más caro de todas las pruebas, pero en realidad era el más barato”. Todo venía saliendo de maravilla hasta que se topó con un “pequeño” detalle: el producto estaba registrado. Sin embargo, Aaron estaba escalando a una velocidad increíble dentro de Amazon. “Pasé a ser el que estaba en la posición 18 a ser el número 1”, afirma nuestro invitado. Era su mejor momento para decidir finalmente dejar su trabajo en el 2017, pero la pesadilla estaba llegando. “A los dos meses recibo una carta en el correo donde se comunica la compañía diciéndome que tenía que parar de vender su producto porque ellos tenían la patente y que debía pagarles todo lo que gané en el pasado. Nos iban a demandar”, cuenta Aaron. Rápidamente Salió en busca de un abogado para enfrentar esa situación, quien alivianó el problema diciéndole que no iba a ser afectada su empresa porque “esa compañía no demandaba a nadie”. Y no fue así. “Al final me llega la demanda. Un día tocan la puerta de mi casa y me dan los papeles en la mano, y no los estaba esperando. Era la violación más obvia que pude haber cometido y no era un caso fácil de ganar”, recuerda nuestro invitado. A pesar de que sus abogados le habían prohibido hablar directamente con la empresa, ante la desesperación, Aaron determinó contactarse con ellos a través de LinkedIn. Fueron dos semanas suplicándoles para que retiren la demanda, pero no hubo caso, y ya Aaron estaba resignado a perder todo, y eso significaba su empresa entera. Iba a dejar de recibir ingresos y, sumado a ello, quedaría endeudado con su equipo de abogados. No había nada más por hacer hasta que un día recibió una llamada. Era un integrante de la compañía. “Me dijeron que estaban felices de hablar conmigo porque su abogado les había dicho que me tenían que demandar y destruir mi compañía para enseñarle a otra gente que no tiene que usar su patente”, describe nuestro invitado. Y justamente eso era lo que iban a hacer. Estaban “furiosos” y realmente iban a destruir la empresa de Aaron.  “Luego de la llamada me invitaron a la sede de la compañía para conocernos. Y les hice un seminario a los encargados de Amazon y a uno de los presidentes de la compañía. El próximo día tenía que estar en la Corte. Al final le pagamos un porcentaje de lo que habíamos vendido, pero no fue la totalidad, y acordamos que para todas las ventas del futuro ellos iban a tomar un porcentaje”, expone Aaron. Su éxito no se detuvo. Empezaron a vender cuatro productos más. “Y la locura es que los lanzamos y se vendieron todos al inicio del Black Friday y casi nada llegó a diciembre”, asevera nuestro invitado. En ese momento no decidió vender tantos productos porque dos de ellos recibieron malas reseñas, ya que Aaron no hizo las pruebas suficientes para corroborar su funcionamiento. Lanzaron nuevamente otros productos y en el 2018 pasaron de 52 a 75 artículos y las ventas subieron casi a los 5 millones de dólares. “El plan salió perfecto”, celebra Aaron. Estando en su apogeo, Aaron y su esposa decidieron ir a una conferencia donde varias personalidades millonarias eran los expositores. A pesar de que su empresa iba muy bien, se dieron cuenta de que estaban cometiendo otro error. “En la conferencia casi todos decían que la empresa es la gente que tienes en el staff, con la que haces negocios, etc., es decir, que con el equipo haces todo y solo nada. Y nuestro equipo no era casi nadie. Mi esposa empezó a reclutar gente y pusimos el equipo para buscar productos, dedicarse a las redes sociales, etc.”, enseña Aaron. El trabajo en equipo es una de las herramientas más importantes cuando hablamos de eficiencia organizativa. Aunque la mayoría estamos de acuerdo en que el trabajo en equipo es importante, no todos comprenden el impacto que produce en una empresa. “Solo no puedes hacer todo. Nunca llegas a un lugar muy alto”, atestigua Aaron, y agrega: “Tienes que encontrar a gente que haga cosas que tú no tienes que hacer y enfocarte en cosas que te dan dinero, como nuevos productos, un PPC mejor, el mercadeo, etc.”. Como cierre, nuestro invitado nos deja una gran lección, y es ser libres financieramente, sabiendo que “esa libertad no viene gratis en ningún momento de la vida”. “Si ya te hiciste millonario y piensas que ya eres libre te vas a joder. Lo que trae felicidad es un trabajo del que uno tiene orgullo y con el mismo poder llegar a los objetivos deseados”, finaliza Aaron.  Facebook: @aaroncordovezlive LinkedIn: Aaron Cordovez